miércoles, 22 de octubre de 2025

ALTOS EN EL CAMINO


    El camino del cristiano es una peregrinación. Cada día avanzamos, paso a paso, con cansancio y esperanza, hacia la meta que es Cristo. Pero no se puede caminar siempre sin detenerse. También en la vida espiritual hacen falta “altos en el camino”, momentos de silencio, de fraternidad y de oración serena, donde el alma recobre fuerzas para seguir andando.


    Ayer me despedí de los peregrinos a los que acompañé durante varios días por distintos santuarios y lugares de devoción del norte de España. Después de esta peregrinación, me vine hasta el monasterio de Santa Clara, en Castrojeriz, Burgos. Este pueblo, que forma parte de la ruta del camino de Santiago, es un lugar de paso de peregrinos: pequeño, pero extraordinariamente alargado. La calle principal, la calle Real, atraviesa el pueblo de extremo a extremo y por ella transitan quienes van hacia Compostela, avanzando entre antiguas iglesias, hospederías y monumentos que conservan la memoria de siglos pasados. 


    El monasterio está, en cambio, apartado del pueblo, en medio del campo, envuelto por un silencio profundo. Desde aquí contemplo los restos de un castillo medieval en una cima elevada, y la silueta del pueblo adornado por algunos monumentos que se divisan a lo lejos. La iglesia del monasterio es de una gran austeridad: de piedra desnuda, con un ábside sin retablo, tres ojivas altísimas que se abren a la luz, y una imagen antigua de la Santísima Virgen María. Es hermoso exponer el Santísimo allí y permanecer un rato en adoración. Entre mis hermanas Clarisas pasaré estos días de ejercicios espirituales. Ellas oran, y yo predico. Pero también yo oro y me dejo enseñar por la Palabra que predico y, sobre todo, por la austeridad y recogimiento de ellas. Dios sabe hacer las cosas, y nos ofrece altos en el camino para restaurar nuestros cuerpos y nuestras almas. 


    Señor Jesús, Tú que quisiste también descansar junto al pozo de Jacob, o en la casa de tus amigos de Betania, enséñanos a hacer altos en nuestro camino. Danos gusto por el silencio, amor a la oración y deseo de permanecer en ti. Que cada descanso renueve nuestra fuerza para seguirte, hasta encontrarte al fin, cara a cara, en la morada eterna. Amén.




4 comentarios:

  1. Muchas gracias por compartir sus vivencias, de alguna manera también nosotros participamos de ellas y nos enriquecemos espiritualmente, gracias P. Orta

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    1. Muchas gracias. Eres muy amable. El 30 de noviembre del año pasado comencé un canal en Telegram para ofrecer alguna ayuda espiritual en el tiempo de Adviento, y algo después puse también en este blog los mismos contenidos. Y ya llevo casi 11 meses publicando un artículo diario. Lo cual, cuando además se tienen dos programas de radio, y se está cargado de otros trabajos apostólicos, no es pequeña empresa. Tu comentario me anima. Desde Castrojeriz recibe un fraternal abrazo y mi bendición,

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  2. Muchas gracias, Padre Manuel Orta.
    Me uno al comentario de Sonia, seguimos con entusiasmo su camino y nos ayuda a hablar con Dios.
    Unidos con Nuestra Madre en oración.
    ¡Bendito sea Dios!

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    1. Gracias Maribel. Sois muy buenas y amables. Ya ves lo que he contestado al anterior comentario. A veces tengo que robar horas al sueño para llevar todo para adelante, pero pensar que algunas personas sacan algún provecho de lo que escribo es una compensación más que suficiente. Te incluyo también a ti en mi oración y acción de gracias al Señor. Que Él y su Madre Santísima te bendigan,

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