“En verdad os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos”. Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: ‘Entonces, ¿quién puede salvarse?’ Jesús se les quedó mirando y les dijo: “Es imposible para los hombres, pero Dios lo puede todo” (Mt. 19, 23-26).
Jesús pone en guardia contra las riquezas porque las riquezas abducen el corazón del hombre y se convierten en un ídolo. Y este culto al dinero es promovido en nuestra sociedad por tantas instancias que parece imposible escapar de su influencia. Pero Jesús enseña que la salvación no se compra ni se merece: es gracia, es don gratuito. Dios lo puede todo, incluso transformar el corazón más endurecido, incluso tocar con su misericordia a quienes han vivido alejados de Él en pecado y olvido. Ninguno queda fuera de su búsqueda: el Señor jamás se cansa de salir tras sus ovejas perdidas.
El evangelista subraya algo profundo y emocionante: “Jesús se les quedó mirando”. Esa mirada no fue indiferente ni superficial. Era una mirada que penetraba en el corazón, cargada de verdad y de amor. No necesitaba palabras, porque en ella se percibía la compasión de Dios y al mismo tiempo su exigencia. Era la mirada de quien conoce la miseria del hombre y no se escandaliza de ella, porque sabe que la gracia puede levantar al caído.
En esa mirada había seguridad, firmeza y bondad. Era una invitación a confiar, a dejarse sostener, a abrirse a la acción de Dios. Lo que parecía imposible para las fuerzas humanas, esa mirada lo hacía creíble, porque recordaba que todo es posible para Dios. Era una mirada que no cerraba caminos, sino que los abría; que no se detenía en la impotencia del hombre, sino que señalaba la fuerza de la misericordia divina.
Señor Jesucristo, que tu mirada me sostenga y consuele. No permitas que las riquezas mundanas me seduzcan y encadenen. Dame la gracia de confiar en ti y de creer que, aunque yo no pueda, Tú lo puedes todo. Así sea.
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