El Sagrado Corazón de Jesús, en sus apariciones a santa Margarita María de Alacoque (1647-1690), le realizó doce promesas dirigidas a las personas que practicaran y vivieran la espiritualidad de su Corazón. Con motivo de la solemnidad de hoy, presentamos las seis primeras, seguidas cada una de ellas por un sencillo comentario o reflexión espiritual.
1. “Les daré todas las gracias necesarias a su estado”.
El Corazón de Jesús no promete una vida sin dificultades, pero sí asegura las gracias que cada uno necesita para vivir su vocación: en el matrimonio, en el sacerdocio, en la vida consagrada o en la soledad. Es una promesa de fidelidad divina.
2. “Pondré paz en sus familias”.
La paz no es ausencia de conflictos, sino la presencia de Cristo. Cuando Él reina en un hogar, su Corazón apacigua tensiones, une a los que estaban distantes y siembra perdón. La paz del Corazón de Jesús es suave y firme.
3. “Les consolaré en sus penas”.
El consuelo de Jesús no es sólo palabra: es presencia. Él no quita siempre el dolor, pero lo abraza desde dentro, lo transforma, lo hace fecundo. Consolar es la forma más tierna del amor divino.
4. “Seré su refugio seguro durante la vida, y, sobre todo, en la hora de la muerte”.
Quien se acoge al Corazón de Jesús nunca está solo. Ni en la enfermedad, ni en la angustia, ni en la hora última. Él es roca firme, baluarte de salvación, puerto en la tormenta.
5. “Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas”.
Cuando se actúa con rectitud y se confía en Dios, el Corazón de Jesús no deja sin respuesta. A veces bendice con frutos visibles, otras con purificaciones o crecimiento interior. Pero su bendición nunca falta.
6. “Bendeciré las casas en que la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada”.
No es ninguna superstición: es pura fe. Tener en casa la imagen del Corazón de Jesús es un acto de amor y de confianza, una invitación permanente a que Él reine en ese lugar, proteja, inspire y sane.
Jesús manso y humilde de Corazón, haz mi corazón semejante al Tuyo.
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