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viernes, 9 de mayo de 2025

CORAZÓN DE LEÓN


      “Muchos de los discípulos de Jesús dijeron: ‘Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?’. Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: ‘¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen’” (Jn. 6,60-64).

     Jesús no edulcora la verdad. No la disfraza para que suene mejor ni la rebaja para que no moleste a nadie. Nos dice que sus palabras son “espíritu y vida”, pero también prevé que esas palabras escandalizarán a muchos. Sabía perfectamente el Señor que habría discípulos que le abandonarían, que su modo de hablar sería juzgado como exagerado, duro, poco pastoral según criterios actuales. Pese a ello, no retrocedió. Fue fiel a la Verdad que había venido a proclamar, aun cuando esa fidelidad costara la incomprensión, el rechazo y el abandono.


      Así ha de ser también un buen pastor de la Iglesia: valiente, claro, fiel. No actuar como un político que mide sus palabras para no perder votos, sino como un profeta que anuncia lo que Dios quiere decir a su pueblo. El nuevo Papa, León XIV, no puede ser menos que su Maestro. Ya ha elegido su nombre con un propósito: enlazar con la figura poderosa de León XIII, que alzó la voz para proclamar el Evangelio creando la moderna doctrina social de la Iglesia, y así defender a los pobres, a los trabajadores, a los más olvidados de la historia. Pero no basta con adoptar ese nombre concreto: hace falta, sobre todo, tener un “corazón de león”. Un corazón que no tema decir lo que molesta, un corazón que no se esconda tras consensos ni ambigüedades.


      Hoy pedimos para él esa audacia. Que sea pastor según el Corazón de Cristo. Que no tema escandalizar cuando se trate de proclamar el Nombre de Jesús. Que no nos oculte la dureza del Evangelio, sino que nos lo entregue íntegro, para que también nosotros seamos purificados, corregidos, y fortalecidos. Que nos hable con el mismo fuego con que Jesús habló, aunque algunos no quieran escucharlo. Porque solo así podrá llevarnos a la Vida.


      Jesús, da al Papa León XIV un corazón de león, noble y valiente. Que sea fiel a tu Palabra y fuerte en la verdad. Fortalécelo para que pueda defendernos de los enemigos. Llénalo de tu Espíritu Santo, para que nos conduzca con seguridad por el camino de tus mandamientos hacia los pastos eternos. Amén.

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