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sábado, 21 de junio de 2025

COMO LOS PÁJAROS DEL CIELO


    “No andéis agobiados por vuestra vida, pensando qué vais a comer o qué vais a beber, ni por vuestro cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento y el cuerpo más que el vestido?” (Mt. 6,25).


    Vivimos con frecuencia bajo el peso de agobios inútiles: el deseo de tener más, de asegurarlo todo, de mantener el cuerpo joven, ágil, fuerte. Nos cansamos trabajando por cosas que no llenan, y nos perdemos lo esencial. El cuerpo no es un objeto que poseamos, sino que es parte de lo que somos. Somos alma y cuerpo unidos, no máquinas que hay que optimizar, ni apariencias que hay que salvar. Y la vida —nuestra vida entera— vale infinitamente más que todo eso.


    Jesús nos invita a mirar a lo alto… y también a mirar alrededor: los pájaros del cielo, las flores del campo. No siembran ni hilan, y sin embargo el Padre los cuida. ¿Cómo no va a cuidar de nosotros si somos sus hijos? Quizás si los pájaros pudieran hablar entre ellos, se asombrarían al ver cómo vivimos. Se dirían unos a otros: “Pobrecitos los seres humanos, parece que ellos no tienen un Padre en el cielo que los ame”. Y sin embargo Jesús nos interpela diciendo: “¿No valéis vosotros más que ellos?”.


    Padre bueno, Tú que alimentas a los pájaros del cielo y vistes de hermosura las flores del campo, enséñame a confiar en tu cuidado. Líbrame de la obsesión por tener más, por aparentar más, por controlar lo que no puedo. Que mi cuerpo y mi vida sean vividos con paz, con libertad, con gratitud. Y que no olvide nunca lo más verdadero: que Tú estás conmigo para salvarme. Amén.


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